viernes, 28 de mayo de 2021

ALPUJARRA GRANADINA POST COVID

 Mecina Fondales (Granada), viernes 28 de mayo de 2021

Hoy me he levantado a la hora que me ha salido de la alpujarra la verdad. Abajo en el comedor me esperaba mi amigo Michel con la mesa puesta. Tostadas con tomate y/o mermelada, zumo de naranja y café con leche a repetir tantas veces como quisiera menos el zumo de naranja porque se le habían acabado las naranjas, pero me ha dado la opción de tomarme una Fanta pero lo he rechazado….no lo veía. El desayuno ha sido rápido porque tras un año de pandemia el bueno de Michel no tiene con quien pelar la pava y adivinad quién ha sido su elegido. Pues me ha contado los atentados que hubo en París en el 2015, donde estaba viendo el partido de fútbol de aquel día, me ha contado el trayecto que hizo su mujer para venir desde una ciudad que no tenía nada que ver con París, que estaba en Alemania pero el vuelo se retrasó. Yo bebía el café ardiendo como si no hubiera un mañana porque veía que empezaba con las olimpiadas de Río del 2016, el mundial de fútbol de Rusia del 2018 y las elecciones francesas (autonómicas y generales) desde entonces. Con la boca llena de llagas y quemaduras debido al café he salido de la casa como he podido mientras Michel iba por el Tour de 2019 y lo enlazaba con Eurovisión del 2017 que lo había pasado por alto. No tenía ganas de coger el coche así que he dado un paseo por el pueblo y os puedo jurar que en 30 minutos he visto un conglomerado de gentes que he deducido que solo se deben dar en esta zona por  el aire serrano o la altitud o los matrimonios entre familiares cercanos. La primera persona que me he encontrado en mi camino ha sido un hombre con un sombrero de lana gruesa color negra en el cual llevaba prendidas unas flores artificiales “discretas” de colores naranjas y verdes potentes, acompañado con unas gafas de espejos con montura roja. De repente y sin que me lo esperara ha salido de un Seat Fura del año 88 color rojo a juego con su indumentaria. Del coche salía música clásica y el hombre simulaba dirigir la orquesta en medio de la carretera mientras comentaba lo excelso de la obra con otro muchacho con pelo solo en la parte central de su cabeza y rapado por los lados que asentía con la cabeza pero no con mucha convicción. He llegado a la iglesia del pueblo donde había dos mujeres beatas ellas que entraban en la iglesia no sin antes mirarme con cara de sospecha, y yo pensaba “pues si vieras a los que he dejado atrás”. He desandado el camino y ¿a quién me he encontrado? Correcto. A Sombrerito de flores y Rapadito. A la vez que yo se ha cruzado un señor que venía de su huerto de coger unos tomates “muy majos” en palabras de Rapadito que a su vez tomaba “su café mañanero”. Su amigo Sombrerito estaba en el Fura cambiando de música y poniendo algo más barroco. Como ya nos habíamos cruzado anteriormente ha dado por hecho de que ya éramos amigos y me ha dado los buenos días. Yo he dudado si dárselos o no por si acaso pudiera conllevar un contagio cual COVID, pero luego lo he pensado bien y he sido cortés y no ha pasado nada. 200 metros había desde donde estaban nuestros amigos hasta la casa. 200 metros nada más. Cuál ha sido mi sorpresa que según estoy abriendo la puerta miro a mi izquierda y, que me aspen si en las escaleras de la entrada a una vivienda no estaba Rapadito liándose un porro. ¿Se había tomado el café rápido, como yo el mío, y había ido corriendo a prepararse el porro huyendo de Sombrerito? Definitivamente el aire alpujarreño me hace ver cosas extrañas. He entrado en casa justo cuando Michel estaba diciendo: “…y antes de ayer me vacunaron y estoy bien”. He cogido algunas pertinencias y he bajado para ir a comer, pero no sin antes decirme Michel: “¿Ves esa caja? Me la había perdido SEUR y hoy he tenido que pagar 30 euros para que me la devuelvan” Vaya, he dicho yo con la puerta ya abierta para salir…”Son unos sinvergüenzas, la mandé el 12 de abril y hoy me dicen que por un error no la han podido mandar” Menudos son las mensajerías, voy a ver si como algo….”Y encima que ya había pagado 28,30 en su día, ahora tengo que pagar otros 30.” Pues sí, 58,30 en total. Bueno, ya te he hecho la suma, me voy a comer y luego seguimos, venga, un besi. He llegado a la Cueva de la Luna Mora a la vez que la panadera que también tenía lo suyo la mujer. “Luciiiiii, ¿quieres piojos?” Yo entonces he pedido un whisky doble porque sino el día iba a ser muy duro. Al final los piojos resultaban ser unos panecillos pequeños. Al hacerle la cuenta a la Luci con la calculadora la mujer al parecer no ha pulsado la coma para delimitar los decimales: “Ay que coño con el puntito que siempre se me olvida” Esta vez he pedido una pizza Alpujarra pequeña, pero con pimientos rojos y verdes, chorizo y aceitunas negras, un poco más sana que la de ayer, una tarta de zanahoria, un café y una crema de orujo cortesía de la casa. Y luego he pensado, a ver si va a ser la crema lo que hace que Sombrerito….Después de una peque siesta he cogido el coche para hacer un poco de turismo y he ido a ver Capileira y Pampaneira, dos pueblecitos muy pintorescos del selecto club de Los Pueblos más Bonitos de España. Bueno Capileira no estoy seguro, miradlo luego en la Wikipedia que yo tengo cosas que hacer. Los pueblos son semejantes, casas blancas construidas en la montaña y con unas cuestas que te deben dejar el culo como sandías de 3 kilos. No me acordaba de la anterior vez pero esta vez me lo he tatuado en el brazo: Los pueblos de la Alpujarra son muy bonitos, pero no vuelvas porque para bajar bien, pero luego tienes que subir y yo no he venido a este mundo a sufrir” Me lo he tatuado en chino para luego cuando me pregunte la gente les digo que es un proverbio chino: “Vete tirando que ya si eso voy yo luego” He regresado al pueblo con ganas de tomarme una cervecita y me he sentado en la terraza y me han puesto la cerveza acompañada del pincho más raro que he visto en mi vida: patatas fritas de bolsa, con aceitunas y una croqueta de espinacas, y con la segunda cerveza que he pedido lo mismo pero la croqueta de pollo. Cuando me disponía a retirarme a mis aposentos…¿quién ha aparecido? Sombrerito y Rapadito. Con su Fura a toda pastilla pero sin música. No creo que las dos funciones, la de circular y oír música, se puedan hacer a la vez. Pues allí que se han sentado a mi vera y se han tomado una cerveza y una pizza para compartir. Ha sido cuando he tenido miedo de volver a casa y encontrarme a Rapadito liándose su porro de las 22:00. Pero no, he entrado tranquilamente en la casa…”Estoy poniendo una queja a la Junta de Andalucía porque he leído que me puedo indemnizar con 800 euros…” Pues 300 son para mí por escucharte, me voy a dormir Michel. 

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