domingo, 15 de marzo de 2020

Día 1 y 2 de la cuarentena del COVID-19. 14 y 15 de marzo de 2020.

Diciembre de 2019. Primer caso de coronavirus, COVID-19 (a partir de ahora bicho) en China. La cosa crece pero en España no le damos importancia. Eso está muy lejos, eso es cosa de chinos, los chinos nuestros no lo tienen, hay muchos chinos, etc, etc.... El 2 de febrero del 2020, como si del nuevo modelo de iPhone se tratara, llega el primer contagiado por el bicho a España. Se trata de un alemán en La Gomera. Seguramente llevara más tiempo contagiado pero al no saber la traducción de coronavirus del alemán al español pues la autoridades sanitarias españolas pensaron que era un catarro. Unos días antes Italia se nos adelanta (está más cerca de China) y el 31 de enero aparecen los primeros casos en el norte del país. A esta hora supera los 21.000 casos y España 7.798. 

Mi primer y segundo día de cuarentena no difiere mucho de otro fin de semana normal. Metido en casa, viendo series y comiendo lo que haya en la nevera o cualquier ser que pase por delante de mi, ya sea una araña, una cucaracha o un ratón. Son proteínas al fin y al cabo y el confinamiento no sé cuando acabará. Creo que tengo el equpamiento básico teniendo en cuenta que soy novel en estas lides de cuarentenas: gel hidroalcohólico, gel normal, alcohol normal y de beber (ron, ginebra, whisky, vodka) y agua del grifo, únicamente me faltaría mascarillas pero eso junto al papel higiénico, del cual hablaremos más tarde, son artículos de lujo. 

De momento solo llevo dos días y la cuarentena es llevadera pero ya veremos más adelante si no me empieza a salir musgo por la cabeza y maleza por la entrepierna...aunque quizá eso sea por la falta de higiene y no por el bicho. Pero para eso tendría que hacerme las pruebas así que no me juzguéis sin saber. 

En cuanto salieron las primeras noticias de cierres de colegios la gente se lanzó cual apocalipsis zombie a la invasión de los supermercados. ¿El producto estrella? El papel higiénico. Yo mismo fui testigo a la hora de hacer la compra para mi madre. Tuve que coger dos trenes a Teruel y Almería para poder conseguir en esta última 4 rollos Renova con bálsamo de rosas y granadina, una explosión de frescor y fragancia en tu ano. Recorrí 239 supermercados hasta que lo encontré. Yo tengo 10 rollos y creo que me dará para un par de días en caso de diarrea extrema. Espero no tener que tirar de sábanas, cortinas o toallas. Viendo el desabastecimiento del papel me doy cuenta de que he vivido toda mi vida estreñido y por eso me duraba tanto el papel. 

Bien, hasta entonces todo eran risas y chanzas hasta que dijeron que cerraban los bares...Ay amigo, eso ya son palabras mayores. Podrán secuestrarme a la familia, quemarme la casa y violar a mis mascotas, pero ojo como me cierren los bares. Pues el Presidente del Gobierno decretó el estado de alarma en el país y ello conllevaba el cierre de los bares, discotecas, restaurantes y pubes. La gente empezó a ver que la cosa era seria. Y como vieron que la cosa era seria no se resignaron a quedarse con el bicho sino que decidieron irse a la playa o a la sierra y en un acto de altruismo repartirlo por todo el país. Cafres. 

Las redes sociales son otro tema a tratar. La gente todo lo que le llega a su teléfono o a la pantalla de su dispositivo electrónico decide mandarlo a todos sus contactos independientemente de lo que sea. "Acabo de ver a un señor por la calle con una botella llena de coronavirus y se lo iba bebiendo" "He visto un perro con siete ojos que ha mutado por el virus" Y cuando dices que puede ser falso es cuando te dicen: "Me lo ha mandado mi primo, que tiene un vecino que es funcionario en el Ayuntamiento de Zafra" Y claro, ante esa evidencia tienes que plegar velas y callarte. 

Hoy por la tarde he salido a hacer una compra básica: Cola Cao, pan, jamón de pavo, tranchetes, mejillones, bocabits, coca-cola y un poco de brocolí. La calle estaba totalmente vacía. Imponía. Ha caído junto a mí una hoja de un árbol y he dado un bote del estruendo que ha causado. En el supermercado me ha recordado a cuando jugabas al comecocos. Entrabas por un pasillo y cuando veías que había alguien en él te dabas la vuelta y entrabas por el siguiente pasillo por si te comían. Yo una vez he cogido un punto gordo y me he comido una estantería de donuts. Cuando he llegado a la caja para pagar he llamado a la cajera por teléfono para no acercarme a ella y guardar 3 metros de seguridad. Desde esa distancia le he lanzado las monedas y un beso. Ya de vuelta a casa creí oír a una chica echándome un piropo pero no había nadie. Las alucinaciones empiezan a aparecer después de las 48 horas de cuarentena. 

Y por último el lado solidario y bonito de la presencia del bicho en nuestras vidas es que desde ayer a las 22:00 y hoy a las 20:00 la gente ha salido a las ventanas aplaudiendo homenajeando así al personal sanitario que se está dejando la piel por todos nosotros. Una experiencia muy bonita y emocionante el oír toda la ciudad aplaudiendo. Yo ayer cuando oí el aplauso pensé que estaba llegando el repartidor de papel higiénico. 

Espero poder ir contando mi experiencia día a día en esta cuarentena por el bicho. 

#quedateencasa
#yomequedoencasa 
#yomecomoelcovid19conpatatasfritasypimientosverdes

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